28 julio, 2017

El Gurú interior




¡Encarnaciones del Amor Divino! Mientras dura un sueño, todo lo que se experimenta, se oye o se ve en él parece real. Del mismo modo, en samsara (la existencia mundana), que está llena de gustos y aversiones, todo parece real hasta que alborea Jnana (la sabiduría). Cuando uno alcanza el estado de Realización Suprema, todo lo que ocurre en el mundo semeja un sueño.

El cuerpo humano está compuesto de cinco elementos básicos:
Pritvi, Apa, Agni, Vayu y Akasa (tierra, agua, fuego, aire y espacio). Los cinco se combinan de un modo ordenado. El cuerpo humano es descrito como Bhautika Sarira (el cuerpo físico).
Establece todo tipo de relaciones con el mundo. Esto puede describirse como “Panchikaranam” (la vinculación de los cinco componentes). En el cuerpo, todos los órganos sensoriales están activos en el estado de vigilia.

El cuerpo es la morada del placer y el dolor. Tiene tres formas:
Stula (denso), Sukshma (sutil) y Karana (causal). El cuerpo físico denso es Annamaya (impregnado por el alimento). Es inerte. Se lo puede comparar con un instrumento. Lo que se ve es sólo el cuerpo físico. Creyendo que éste es real y permanente, el hombre tiende a olvidar al omnipenetrante y eterno principio Átmico.



Los cinco pranas (aires vitales), la mente, el intelecto y los diez órganos sensoriales (de percepción y de acción) constituyen el sukshma-sarira (cuerpo sutil). Éste funciona en el estado de sueño, donde el individuo está orientado hacia adentro. En él, el hombre crea para sí un mundo nuevo. El sueño mismo es la prueba de su realidad. Está autoconstituido y no tiene relación con lo externo. En el estado de sueño, todo es creado por la mente: las formas, los sonidos y el gusto, los cuales se experimentan sin ninguna base física que los sustente. Toda esta experiencia está limitada al individuo en cuestión. Si, por ejemplo, diez personas duermen en una habitación, el sueño de cada persona es único para cada una. Las acciones de cada persona en el sueño son únicas para cada una.



El hombre crea tanto el estado de vigilia como el de sueño No hay relación entre el estado de sueño y el de vigilia. Un individuo tiene un sueño en el cual su amigo lo molesta de muchas formas. Si al despertar en la mañana él aborda a su amigo y le pregunta por qué lo molestó, el amigo responderá: “¡Estás loco! ¡Yo no te he visto en absoluto!”. Esto significa que el amigo en el sueño y las molestias que causó son autocreados por el soñador. Todas las demás experiencias en sueños son también autocreadas. Por lo tanto, todas las experiencias en sueños están limitadas al individuo en cuestión y no tienen conexión con otros en el mundo real. Las alegrías y tristezas experimentadas en el sueño son la materia del estado de sueño.

18 marzo, 2017

Con un corazón saturado de Vedanta




El hombre es salvado por el Vedanta, que es como el rugido del león: da coraje y determinación, y convierte a uno en héroe. No gimotea, no aúlla, ni llora, e instila el mayor grado de auto-confianza.
  
Es la más fuerte armadura contra las flechas del Destino, un impermeable que protege de la granizada de los placeres sensuales. Es una cortina que mantiene alejado al mosquito de las preocupaciones, ya que sin él no podrías conciliar el sueño. Con un corazón saturado de Vedanta eres como una roca sobre la costa, inafectada por las olas de las tentaciones. El Vedanta desafía tu espíritu aventurero, tu propia realidad. Aborda ya el tren de la disciplina espiritual y alcanzarás la terminal que es Jnana (el conocimiento absoluto de ti y de todo esto). Cuando viajas en tren no te detienes en medio del camino si una estación te llama la atención. De la misma forma, en el viaje espiritual las estaciones son Karma (acción), Upasana (contemplación), y el resto. Tienes que pasar por ellas, pero recuerda que no son la estación terminal. El término es Realización. 



~Sathya Sai, (3/2/1964)